domingo, 18 de diciembre de 2016

La línea negra (Jean-Christophe Grangé)



Llega el turno del libro 12 de la cesta. Muchas gracias a carabanne por su aporte ^^. A primera vista una historia de asesinos y detectives seguidas. ¡Siempre entran bien!


Título: La línea negra
Autor: Jean-Christophe Grangé
Título original: La ligne noire

”Intriga, asesinatos en serie, un criminal obsesionado por la sangre que está dejando un reguero de hermosas mujeres asesinadas mediante un extraño protocolo, y un periodista que pretende llegar hasta el fondo de las motivaciones del asesino, y para ello se presta a un peligroso juego. El actual rey del thriller francés presenta una novela fascinante, de ritmo frenético, que explora los tortuosos recovecos de la mente de un psicópata en un itinerario de infarto a través del sureste asiático.”

Pues sí, dos novelas negras seguidas. Ya es raro que no cambie de género entre dos libros, pero mira, a veces las cosas vienen como vienen. Lo que sí que hay que reconocer es que son bien diferentes.

El  resumen de la contraportada apenas indica nada. Como es habitual en este tipo de propuestas, en el libro tendremos dos tramas separadas. 

En la primera, nos encontramos con Jacques Reverdi,  un apneísta famoso que también es un asesino de lo más sanguinario. Su última carnicería no le ha salido del todo bien y ha sido capturado en un país del sudeste asiático. En ella, seguiremos sus aventuras mientras toma el control de la cárcel en la que se encuentra e intenta por todos los medios evitar la pena de muerte. Hay que felicitar la imaginación del autor al crear a un malnacido con tanta mala idea. A medida que lo vamos conociendo, penetramos más en su locura y sorprende ante cada giro aún más pasado de vueltas sobre su modus operandi. Realmente llega a causar un mal rollito de lo más impactante. No obstante, el autor se ve obligado a mantener el nivel de flipada del personaje y hacia el final del libro se convierte en un auténtico Superman, como si el ser apneista te convirtiera en un aspirante a James Bond o así. ¡Qué exagerado oiga!

Por otro lado tenemos a Marc Dupeyrat, un periodista de sucesos que se encuentra sumido en una profunda depresión. La casualidad le pondrá tras la pista de los asesinatos de Reverdi, de los que la policía apenas conoce un par. A medida que Marc avanza con la investigación, su obsesión con el caso aumenta, de la misma manera que el recuento de víctimas, que coje rápidamente unas dimensiones preocupantes. Desde el primer momento vemos en Marc a una persona desequilibrada. Es alguien que ha perdido cualquier asidero con la realidad y ha encontrado en Reverdi un último resquicio con el que poner orden en su vida, al que se dedica con una obsesión enfermiza. Sin embargo, lo que debía ser solución se convierte en problema, pues el desprecio que siente consigo mismo se dispara a medida que se sumerge en la mente del asesino, descubriendo que, quizás, en el fondo no son tan diferentes…

Realmente, al libro le cuesta un poco empezar. Las primeras 100 páginas no acaban de centrarse y se hace difícil saber dónde vamos a ir a parar. Eso sí, cuando el libro despega, las dos tramas molan lo suyo. Son realmente salvajes y despliegan, a su modo, una brutalidad muy fuera de lo común. Destaca también la inusual ambientación en los diversos países del sureste asiático, con un exotismo fuera de lo común que le añade mucha frescura a la lectura.

Ya que he leído dos novelas negras seguidísimas, se hace curioso contemplar las enormes diferencias que hay entre una y otra. En El hombre sin pasado, el caso en sí no importa demasiado. Peter May se centraba mucho más en hacernos partícipes de la desesperanzada atmósfera en que se mueven unos desolados personajes que  no saben qué hacer con sus vidas. Poblaba la agreste Escocia de unos seres resignados con los que sufrir, de los que esperamos encontrar una brizna de alegría que la vida siempre les niega. Aquí, en La línea negra, la atmósfera y la localización apenas importan. Jean-Jacques Grangé busca impactarnos a través de las andanzas de un psicópata de lo más bruto. Ataca nuestras entrañas a través de imágenes llenas de salvajismo y una truculencia que atrapa, impidiéndonos dejar de leer. Casi de antemano sabes cómo va a acabar, pero eso no es obstáculo para que las páginas pasen con facilidad. Lo dicho, dos planteamientos completamente diferentes.

Si bien en este caso, debo encontrar que la truculencia resulta un tanto gratuita. Parece introducida con mucha más voluntad de provocar nuestra repugnancia que como una necesidad dentro de la trama. Por poner un ejemplo, ¿realmente era necesario describirnos como Reverdi corta con mimo cada vena de un cuerpo? ¿Debemos enterarnos del modo en que le cuelgan los intestinos a un cadáver? (le dedica un párrafo entero a ello). Uno tiene el estómago curtido y esas cosas no le asustan, pero seguro que desagradará a un buen puñado de lectores. Se hubiera agradecido un poco más de control en ese sentido. Otro detalle que no me ha gustado es su desenlace, en el que Grangé intetna dar el golpe de efecto definitivo y estropea las 400 páginas anteriores. No sólo no tiene sentido, sino que provoca que todo lo que has leído hasta ahí no sirva para nada. Realmente, si el libro hubiera acabado treinta páginas antes me habría dejado mucho mejor sabor de boca, no la sensación de estafa con la que terminé.

No obstante, debo entender que no es un error del autor, es una decisión plenamente consciente, pues Grangé es uno de los autores más conocidos y vendidos de la novela negra francesa, con un buen historial de libros a sus espaldas. Es evidente que busca conducirnos en un continuo crescendo de golpes de efecto cada vez más salvajes.. y se pasa. Lo que debería haberme dejado sin aliento me acabó echando del libro. Es una lástima porque hasta entonces había disfrutado con el estilo periodístico del autor. Renunciando a cualquier floritura descriptiva innecesaria, se las arregla con un estilo muy ameno y directo para llevarte a sitios que no esperarías visitar.

En conjunto, se trata de una novela negra muy bruta que apuesta mas por el salvajismo que por generar una atmosfera deprimente. Se marca un buen número de golpes de efecto de lo mas resultones que te pueden dejar sin aliento y seguro que hará gracia a los ávidos de emociones fuertes. La lastima es que bastantes veces juega mas a impactarte a base de truculencia gratuita que en desarrollar bien la trama. Al final, entretenido, sin más.

Nota: 5
Nota goodreads: 4.12/5

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