viernes, 24 de junio de 2016

Monstruos SA.



Qué curioso, estaba convencido de que ya había hecho una reseña de esta película, toda una sorpresa al ver que no la tenía.

En Monstruos SA., Pixar nos desvela que todos aquellos monstruos que creíamos ver de pequeños debido a nuestra imaginación son perfectamente reales, pues nuestros gritos de terror les proporcionan la energía eléctrica necesaria para que su mundo funcione. Curiosamente, los monstruos están más aterrados de los pequeños –a los que creen tóxicos- que al revés y sólo los más duros de los más duros se atreven a realizar “el trabajo sucio”. James P. Sullivan es el mejor empleado de la mayor empresa de miedo del mundo, pero un día una niña pequeña se cuela sin querer en la empresa, provocando el caos.

Los estudios Pixar atrajeron los focos de todo el mundo tras la rompedora Toy Story. Sin embargo, tras la mejorable Bichos y la correcta Toy Story 2, parecía que Pixar entraba en una especie de meseta, pues no conseguía sobresalir entre el batiburrillo de productoras de animación (Disney, Fox, Dreamworks). 

No es que se exigiera a Pixar hacer una obra maestra (eso vendría luego), pero sí una propuesta que demostrara su calidad artística. Ellos, conscientes del desafío, echaron el resto y presentaron una película que sobrepasaba en mucho la técnica con que se movía la competencia. Si lo comparamos con los dos años que han pasado respecto a Toy Story 2, la mejora es impresionante y desde el punto de vista de la animación, Monstruos sobrepasa en mucho a Shrek o Ice Age, que lo rompían por aquellas fechas. Sin entrar en detalles, nunca se había visto (Final Fantasy aparte) una definición tan grande en los fondos y una renderización de los peludos personajes con tanto realismo como en esta película. Pixar demostraba que nadie tenía artistas mejores que los suyos, con una puesta en escena trabajadísima y perfectamente rematada (la persecución final por las puertas es una delicia del diseño y una pesadilla para los animadores). 
 
 Además del alarde técnico, Pixar echa el resto para generar un universo vívido y realista, fácilmente reconocible por el espectador pero al mismo tiempo completamente nuevo, desbordante de imaginación. El argumento, por su parte, no presenta la profundidad ni la trascendencia de sus obras posteriores ni es tan redondo como las aventuras juguetiles previas, pero funciona a la perfección para articular un bombardeo de gags de primer nivel llenos de frescura e ingenio, convirtiendo un cuento para niños algo tonto en una delicia de risas. A ello hay que sumarle la presencia de un puñado de personajes impagables, llenos de carisma (y un buen trabajo de traducción a cargo de S. Segura y José Mota) y una protagonista femenina de lo más adorable y metomentodo (Boo!). 

Sin embargo, en la imaginería popular quedó algo ensombrecida por el fenómeno Shrek que lo petó mucho más a lo bestia. Realmente, nadie se esperaba una película de animación con tanta dosis de mala leche, un guión tan sólido y un compendio de chistes tan demencial. Por ello, jugando a lo mismo y aunque Monstruos SA. desplegaba más calidad técnica, el Oscar a mejor película de animación se fue para el ogro verde.

Monstruos SA. es ante todo un canto a la amistad, a entender al diferente, a luchar porperseguir los sueños y a buscar alternativas cuándo estos se vuelven irrealizables, pero sobretodo, provee de noventa minutos de pura diversión para toda la familia. A revisitar de vez en cuando para echarse unas risas blancas y puras, sin complejos.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.6

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