domingo, 8 de mayo de 2016

El salón de ámbar (Matilde Asensi)



He leído –y disfrutado- con bastantes libros de Matilde Asensi (El origen perdido, El último Catón, Todo bajo el cielo). Aprovechando que se trata del libro 33 de la Cesta’13 y que en la CLO de este mes, Fabireader me “mandó” leerlo, era cuestión de ponerse con él. Además, me viene bien algo rapidito después del monstruo de 1200 páginas que venía de acabar.


Título: El salón de Ámbar
Autor: Matilde Asensi

“Arte, ladrones y nuevas tecnologías se conjugan en esta novela a partir de una trama histórica. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi saqueó los antiguos palacios zaristas y los museos de la Unión Soviética y se llevó a Alemania obras de arte de un valor incalculable. Entre los objetos robados se encontraba una joya única, una pieza excepcional que desapareció misteriosamente durante los últimos días de la contienda: el Salón de Ámbar, una cámara del siglo XVIII construida enteramente con ámbar semitransparente del Báltico, cuya recuperación obsesiona hoy día al pueblo ruso. 

Ana Galdeano, una respetable anticuaria de Ávila, miembro de un grupo internacional de ladrones de obras de arte, se verá obligada a desenmarañar los hilos de una complicada trama urdida cincuenta años atrás por dos peligrosos e inteligentes jerarcas nazis que decidieron apropiarse de aquellos innumerables tesoros y, sobre todo, del Salón de Ámbar. 

Matilde Asensi nos propone una nueva vuelta de tuerca a las novelas de aventuras, donde los piratas navegan por la red informática a la busca y captura de tesoros imposibles.”

Reconstrucción del perdido Salón de Ámbar real
¡Qué suspiro! Me he despistado y se ha acabado.
Si habéis leído otros libros de Asensi y os ha gustado, El Salón de Ámbar os va a gustar. Todo lo bueno de la autora está en el libro. Listo para ser ventilado y devorado en una sentada y media. No durará más porque no da para más, todos los elementos característicos y su prosa ágil son perfectamente reconocibles, convirtiendo al libro en una versión comprimida (o simplificada) del resto de sus libros de aventuras. 

 El salón de ámbar es de lo más simple: Planteamiento de la intriga – aventura – desenlace. Y pum chimpún. Es que no da para más, 240 páginas de letra grande que se ventilan sin despeinarte. Se nota que es la primera novela de la autora. Se le ve potencial, ya sabía hilar una trama y las neuras que la han acompañado durante toda su bibliografía están ya presentes, además de un estilo muy marcado que promete buena diversión, pero aún le quedaba adquirir madurez y acometer con gracia un proyecto más elaborado. Como libro es muy mejorable, pero ya se le veían mimbres para merecer nuevas oportunidades, que aprovechó en un puñado de best-sellers la mar de viciantes.

Como ya he comentado, una de las mayores gracias del libro es el estilo peliculero y ágil que tiene la autora para narrar la acción, con el punto justito de enigmas y puzles que se convierte en un acicate para pasar páginas y páginas sin despeinarte. Si ya pasa normalmente con sus libros que enganchan desde el primer momento y te dedicas a avanzar como un loco, en El salón de ámbar, la sensación es de ¿Ya se acabó? 

La protagonista (casi)
Sí, realmente sabe a poco. La historia queda apenas desarrollada, quedando patente que daba mucho más juego de lo que se acaba desarrollando. Apenas un personaje se aleja de la bidimensionalidad. Ana Galdeano no es una jovencita, sino una mujer hecha y derecha que sabe bien qué quiere y es perfectamente consciente de los riesgos en que se mete. Dentro de la organización del ajedrez es Peón, es decir, quién hace el trabajo sucio. Sin embargo, esta aprendiz de Tomb Raider no se amilana y sabe cuándo debe desafiar a sus superiores. Mola encontrar un personaje tan bien trazado en alguien tan joven como la Asensi que escribió el libro (¿pudiera ser un self-insert de la propia autora? El romance forzado con el amable, guapo y gentleman Caballo es tan impostado que da para pensar sobre ello). El resto de personajes, Alfil, Torre, Rey o la pejiguera hija de Caballo son apenas esbozos, no tienen espacio para ser desarrollados ni lo más mínimo y cualquiera habría podido desaparecer sin que la historia se viera afectada.

Una de los detalles que más me ha gustado es el esfuerzo que se realiza para definir y hacer comprender todos los avances tecnológicos de la época: cómo funciona un chat, que es el IRC o una explicación técnica del funcionamiento de los archivos JPG. Conceptos explicados para auténticos neófitos de la era digital que han quedado totalmente desfasados. El candor con que se te explica el concepto de “contraseña” es tan entrañable que no he podido sino esbozar una sonrisita al leer esos párrafos.

El salón de ámbar entretiene lo suyo y se devora sin ningún esfuerzo. Sin embargo, pide a gritos más desarrollo, lo que empaña la diversión que sabe proporcionar esta autora. Ya en esta primera entrega, se puede apreciar de todo lo que es capaz, pero se nota la inexperiencia y la falta de profundidad que será solventada en libros posteriores. Sirve para pasar un rato sin más pretensiones. Lo peor, la sensación de que podía dar mucho más de sí.

Nota: 6
Nota goodreads: 3.37/5

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