viernes, 24 de julio de 2015

Jurassic World



Cuantos recuerdos con Jurassic Park. Que emoción. Cuanto amor. Desde que la vi, quise ser científico. Quise tener los conocimientos para poder revivir a mi propio dinosaurio y tenerlo de mascota. Luego me di cuenta de que la genética es muy aburrida y acabé en la investigación médica, pero bueno… el germen ya estaba sembrado.
Y al ver que iban a hacer Jurassic World… Bueno, mucho miedo le tenía. Intentar continuar una saga cuando ya se ha hecho “una de más” suele ser muy inadecuado. Por lo menos, el tráiler dejaba ver que cuartos, hay para dar y tomar. Puede que incluso fuéramos a ver algo digno y todo. Pero es que es Jurassic Park. Mucha infancia mía hay en esa película.


Después de ver la película… Mixed feelings. He disfrutado como un niño pequeño (que no deja de ser como hay que afrontar este film). A fin de cuentas, más que una continuación, es un remake no confeso, con toda la intención de recuperar la capacidad de fascinación del parque original. Dos horas de entretenimiento. Dinosaurios que parecen vivos y aventuras y homenajes bien conseguidos. Sí. Me lo he pasado en grande con ella. 

Pero por otro lado… Colin Trevorrow no es Spielberg. Cuando tiene que resultar emotivo, para el ritmo y empalaga demasiado. Además no he conseguido creerme el parque. Mientras que los dinosaurios parecen estar vivos, el parque en sí no me parece creíble (a pesar de la crítica feroz que hay hacia los parques de animales y esa sutil indirecta a los efectos especiales que buscan el más grande, más espectacular y más salvaje sin pararse a mirar al animal (o efecto especial) que hay detrás. Incluso para los cánones de lo que debería ser un DisneyWorld, es demasiado artificioso, cuando no quiere (o no debería) serlo. 

Por otro lado, me gustaría saber cuánto ha pagado Mercedes y Samsung para aparecer a lo grande. Vaya exceso de product Placement!!  Eso sí, debo reconocer que la manera de cargarse a según que personajes es bastante más bestia de lo que esperaría para una película pretendidamente “infantil”. Un gallifante para el director, aunque sea por su valentía. 

 El argumento es casi obvio: los dinosaurios se vuelven a desmadrar. Hay que buscar un más difícil todavía ya que el T-rex se nos ha queda pequeño,  así que creamos un Frankenstein que mezcla rana, camaleón, serpiente, un pescado, raptor y T-Rex. Es seguro que va a salir mal. Lo más chistoso es que de espaldas a todos los del parque subyace una aplicación militar (¡) y el coste de un dinosaurio de últimisima generación es menor que el de Illarramendi (¡!) o ya puestos, la propia jaula hipertecnificada dónde está encerrado (¡!!)

Lo que más me ha gustado (Y lo que más miedo le tenia) es a la presencia de Raptors domesticados. La entereza de Chirs Pratt (Está pidiendo ser Indy a gritos!), los buenos efectos especiales y la gran interacción entre ellos dan carisma al asunto la película. Da gsutao encontrar una película en que los efectos especiales estén al servicio del guión y no al revés, aunque cierta persecución en moto podría discutirlo. En todo caso, son de primer nivel y están muy bien introducidos, especialmente unos dinos que parecen casi vivos. 

No podemos negar la mayor, pues la película es lo que quiere ser: Un correcto entretenimiento que apela a la nostalgia de los fans del primer parque. Esto lo consigue a la perfección, consiguiendo que las dos horas que dura se te pasen en un suspiro, a medio camino entre la fascinación de ver a tu primer triceratops enfermo y el asombro de lo que se pueden hacer con un par de tacones (remember perfecto de escena, muy grande). Como buen blockbuster veraniego, su intención es romper taquillas y entretener. Y es lo que hace. No defrauda, no da vergüenza ajena (ese raptor hablante…) y divierte. No le busquéis más que tampoco lo tiene, pero el entretenimiento está garantizado.


Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.2

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