miércoles, 13 de agosto de 2014

Como entrenar a tu dragón 2

En 2010, el deslumbrante resplandor de Toy Story 3 escondió para muchos una pequeña joya llamadaComo entrenar a tu dragón. Parecía salida de ninguna parte, pero venía apadrinada por Dreamworks (que no había hecho gran cosa aprovechable tras su divertida Shrek). Esta película desplegaba una historia simple y fácil de seguir, acompañada de un mundo rico en detalles, buenas voces, una bella animación y algunas de las mejores escenas aéreas (con dragones en vez de aviones) que se han diseñado. Además, funcionaba estupendamente como un stand alone. Ahora que nos viene una secuela, ¿cómo justificar su existencia? Pues madurando.

Han pasado cinco años desde la anterior película, y los vikingos se han adaptado a una vida en armonía con los dragones y casi cada habitante de la aldea tiene el suyo propio. La existencia transcurre felizmente sin sobresaltos, pero Hipo y Desdentao son culos inquietos y se han lanzado a descubrir el mundo que les rodea. De esta manera quiere evitar el destino que su padre y su pareja desean para él: que se convierta en el nuevo jefe de la aldea. Evidentemente, estas expediciones les meterán en líos y una nueva aventura empieza.

La necesidad de buscar nuevos escenarios permite a los animadores ampliar sus recursos y lucirse en unos paisajes de gran belleza, el film contiene de muchas más escenas de acción que su predecesora, realmente espectaculares, especialmente con un logrado 3D puesto al servicio de la historia (y no al revés). Es un gustazo cómo las escenas aprovechan la herramienta del 3D en vez de crear escenas para poder decir “mira, tengo 3D”. Tanto los combates aéreos como las visitas a las cuevas son una pasada en composición y diversión. La fotografía y la recreación del mundo vikingo son impresionantes, con influencias de Aardman, pero sobretodo con un mimo inusual. La imaginería está suficientemente trabajada para que parezca que los personajes vivan realmente en ese mundo, con multitud de detalles, matices en el pelo, manchas en la ropa o lunares… ¡e incluso barbas mal afeitadas!

 
Pero no olvidemos que en esta película, lo importante son las relaciones entre personajes. El desarrollo de los lazos de Hipo con lo que se espera de él, su padre y su novia es lo que motiva toda la acción. Sorprende la naturalidad con la que se mueve la relación con Astrid, muy alejado del típico “tienen que estar juntos porque… tienen que estar juntos” La química que despiden y la forma en que se relacionan nos muestran muy bien cuanto se quieren y lo bien que va su relación, sin necesidad de que estén dandose besos ni diciendo cursiladas ni cosas bonitas el uno al otro. Es algo que me gustó bastante. Es una relación que se ve muy real, lejos de las fantasias perfectas y románticas que se suelen mostrar.. A pesar de su importancia en la película, el motor en la historia es la aparición de un nuevo domadragones (que los últimos trailers ya desvelan quién es), el desarrollo de la trama emocional siempre corre peligro de caer del efectismo fácil, pero se presenta emotivamente, sin irse a lo ñoño o lo cursi (ueeee!!!).  La historia avanza pausadamente, y no se precipita ni avanza a golpes como sería esperable en una película para el público infantil (salvo en los diez últimos minutos, aunque no importa lo más mínimo, pues apenas se percibe y te lo pasas igualmente genial).

Y luego están los dragones. El trabajo con ellos es puro virtuosismo. El realismo con el que se refleja el comportamiento vivaz y entusiasta de una mascota es una pasada. Nadie que haya tenido un perro o un gato  será incapaz de ver sus escenas sin una sonrisa en la boca. Son unos bichos adorables, unos cachondos que causan  las mejores risas de la película. ¡Quiero un dragón de estos por Navidad!


El único aspecto realmente criticable está en los villanos. Da la impresión de que simplemente están porque debe haber un malo. Todos los personajes están trabajados, pero Draco tiene un pasado simplón y no le queda más remedio que ser un malo sin matices ni vuelta de hoja. Pasa un poco como en la primera parte, pero sin la excusa de ser un animal. No es un gran problema y permite que te lo pases en grande igualmente, pero se nota. También hay un par de giros de guión un poco así así, pero la película tampoco invita a ponerse picajoso.

Normalmente las secuelas se hacen por motivos puramente taquilleros, pero éste no es el caso. Mejora a su antecesora en todos los aspectos técnicos y contiene una historia que no sólo justifica la expansión del universo sino que se sostiene por si sola. Una divertida película de aventuras que presenta una candidatura firme al Oscar a mejor película de animación. Todo el que disfrutó con la primera, se lo pasará en grande con ésta. Recomendable para pasar un buen rato, sin duda.

 
Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.5

Publicada originalmente en Cinéfagos aquí


PD: el herrero es homosexual, se dice abiertamente y nadie se extraña de ello ni da pie a chistes horteras ni a conflictos de guión. Me encanta el detalle.

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