lunes, 28 de abril de 2014

Zoolander



Reconozco que le tengo cariño a esta película. Sí, es un esperpento hortera, pero con mucha más mala idea de lo que puede parecer. La parodia del mundo de la moda y del starsystem que hace Stiller es bastante puñeterilla.

Derek Zoolander es el modelo de los modelos de moda. Tras una larga carrera siendo el número uno, se ve ensombrecido por la aparición del nuevo niño bonito, el risueño y místico Hansel. En su intento por recuperar el trono de la moda, Zoolander se ve implicado en una conspiración para eliminar al presidente de Malasia, que quiere eliminar el trabajo infantil en su país, lo que sería una catástrofe para el mundo de la moda.

La película se mofa de los descerebrados guaperas sin cerebro que abundan en el mundo de la moda. Al mismo tiempo, lanza pedrada tras pedrada hacia el modo de vida de las estrellas de Hollywood, donde la belleza y las apariencias priman por encima de todo. Todo ello en medio de un montón de sandeces a cada cual más gorda.

ACTORES: Ben Stiller es el atontado por excelencia del Hollywood en los últimos diez años, mientras que que Owen Wilson es el amiguete simplón que todo el mundo reconoce como cercano y chistoso. A la que el guión sostenga un poco la película, estos dos juntos son suficientes para garantizar un buen puñado de gags. Son los protagonistas absolutos de una película donde abundan los cameos (a lo Torrente y sus amiguetes) y dónde todos los participantes con protagonismo son familia de uno u otro.

DIRECTOR: Stiller hace un “Yo me lo guiso, yo me lo como” de los grandes. Escribe, dirige y protagoniza esta película junto a su mujer y a su mejor amigo. Conoce el mundo de lo que habla y ha juntado a sus allegados para divertirse y pasar un buen rato. Esto le permite hacer un poco lo que le apetece, desbordando buenrollismo y frescura. Los gags se suceden a velocidad de vértigo, buscando el absurdo de manera continua. La cantidad de chorradas desternillantes que llega a soltar es digno de mérito.

GUIÓN: El argumento es una gran parida, sin duda, pero no es más que una excusa para realizar una crítica mordaz a un mundo que Stiller parece conocer bien. Como siempre, Stiller se enfrenta a su problema con el filtro, pues combina grandes golpes con gags que provocan más vergüenza ajena que otra cosa.
El envoltorio excéntrico y hortera de la película provoca rechazo (sin duda) pero una vez sobrepasado el esperpento, podemos disfrutar de unos diálogos agudos y unos personajes bien construidos. En estas películas, los protagonistas suelen ser verdaderos imbéciles, y sí, tanto, Zoolander como Hansel son unos auténticos atontados, pero, a su manera, piensan. Razonan y llegan a conclusiones asombrosamente lógicas. Obviamente erróneas, pero entendibles y razonadas. Es fácil seguir la cadena de razonamientos que ha seguido para llegar a una conclusión tan chorra. A estos personajes tan particulares (y carismáticos) hay que añadirle un montón de diálogos impagables y unos cuantos gags imprevisibles y geniales. (El incidente en la gasolinera, la escena del ordenador, la fiesta en casa de Hansel, el desafío clandestino, el desfile de modas final…) Con este grupete, las chorradas están aseguradas.


Es fácil tildarla de hortera, gruesa y estúpida, pero si pasas a través de su capa inicial de estupidez, contiene mucha más chicha de lo que puede parecer. Es evidente que el argumento no es su mejor arma pero para pasar una hora y media divertida es una opción perfectamente válida.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.4

2 comentarios:

  1. Mira que ha sido ver el título y reirme XD. Vale, es ñordo de película, pero divertida al menos.

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