sábado, 29 de marzo de 2014

Las invasiones bárbaras


Oh, Las invasiones bárbaras, la segunda parte de la punzante El declive del imperio americano que nunca llegué a ver. La CVO me ha “obligado” a verla, así que le iba a echar un buen vistazo.

Los protagonistas de El declive del imperio americano se han hecho mayores y Remy está a punto de morir. Su hijo, al que nunca entendió y al que no ve desde hacer años, se ve obligado a ir a Canadá para asistir a los últimos días de su padre. Allí intentará recuperar el tiempo perdido y darle a su padre los mejores cuidados que el dinero puede comprar, reunirlo con sus amigos y, entre todos, hacer un balance de lo que ha sido su vida.

La película es cruel, irónica y destila una mala leche considerable. Al mismo tiempo, es un tierno y vital retrato de una agonía, de un modo de vivir y de morir. Da igual si eres separatista, independentista, soberanista, asociacionista, existencialista, anticolonialista, marxista, trotskista o maoísta, estructuralista, situacionista, deconstruccionista, feminista o cualquier otra cosa, mientras no cultives el cretinismo, hazlo motivado por ti mismo.

ACTORES: Los mismos actores, ya mayores, repiten en la película, dando la impresión de ser incluso los mismos personajes. Muy exagerados y sobreactuados, pero igualmente con un toque socarrón muy aprovechable.

DIRECTOR: Para esta película Arcand cuenta con más medios que El declive, lo que le permite realizar según que escenas con más fuerza. El inicio es brillante, con un viaje a través de los hospitales canadienses realizado con mucho realismo y crudeza, a partir de aquí, mantiene el tono de la historia con bastante acierto, aunque con cierto abuso del fundido a negro y una falta de ritmo algo alarmante. Su principal acierto es saber tocar tantos temas espinosos con toneladas de irreverencia mientras evita ser grosero ni sentimentaloide, consiguiendo incluso un desenlace que desborda dignidad y saber hacer. Meterse en un berenjenal así y salir airoso no es fácil. La escena de la visita de los alumnos al profesor moribundo simplemente es excepcional (y cruel).

GUIÓN: Dentro de la película, pasamos por casi todos los momentos icónicos del siglo XX, haciendo un retrato voluntariamente pedante sobre todos los conflictos ideológicos y las diferentes formas de vida que puede tomar uno. Todos los personajes han intentado vivir la vida de acorde a sus ideas y todos, de un modo u otro, se han acabado estampando contra la realidad. Pero han llegado a un momento en que toca hacer balance y, todos ellos, han vivido la vida como querían vivirla, y es eso en lo que la película parece hacer hincapié. 
La película ofrece algunas reflexiones puntuales que me resultan interesantes, como el breve análisis de las barbaridades y su relatividad frente a la historia o a las condiciones de las mismas (muertos siglo XX vs muertos conquistas americanas o reflexión sobre el 11S), o uno de los momentos de viaje en el que el protagonista no puede imaginarse la vida sin él, "¿como puedo morirme yo?". También me gustó la reflexión sobre las ideologías, y el paso de éstas por las vidas de los protagonistas como si fuesen un mero producto de la moda de cada momento, sin calado real en sus convicciones. En cuanto a varias de las elucubraciones filosóficas explícitas con nombre propio, no tengo capacidad para su análisis, aunque la película tampoco me incita a desarrollarla.
La nostalgia y la ironía asoman por todos los retazos de esta muestra de las intrínsecas contradicciones del ser humano. Guión muy bien pensado, con muchas ganas de reírse de todo, especialmente de sí mismo. Es sorprendente (e incluso alborotadora) la total falta de prejucios con la que se tratan todos los temas, pero a veces hace falta un poco de paciencia para soportar la displicencia con que se trata la promiscuidad, el sibaritismo y la permisividad ante las drogas.

Y es que esta película está llena de pequeños detalles cargados de sentido, de crítica, de sarcasmo, de ironía, de ternura, de sencillez, de honestidad, de aplomo, de cinismo, de melancolía, de resistencia, de temores, de placeres... y de mucha dignidad ante el momento final. Seguro que no deja indiferente.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.5

Ganó el Oscar a mejor de habla no inglesa en un año algo flojo (para que negarlo) y estaba nominada también por su guión excelentemente concebido.

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