jueves, 7 de noviembre de 2013

Harry "el sucio"

Parece mentira que haya tardado tanto tiempo en ver un clásico tan famoso como éste. La primera aparición de un personaje tan mítico como Harry “el sucio” se merece un buen visionado, ¡sin duda!

Harry Callaghan es el policía más duro de la ciudad de San Francisco. Le llaman “el Sucio” porque siempre acepta los peores casos, los más sórdidos y peligrosos, con los que nadie se atreve. La aparición de un peligroso asesino que parece matar puramente al azar obligará a todo el Departamento de Policía a actuar para detenerlo, pero nadie como Harry “el Sucio” para comprender a un demente y así acabar con él.

La película combina la clásica acción con el thriller y la crítica social. Por eso la trama va dando esos tumbos que tanto despistan, porque no es sólo un poli duro que quiere matar al malo, resumen que para nada le hace justicia; es un poli de gran profundidad humana y psicológica, que quiere detener a un malo que despierta verdadero desprecio, en un mundo enfermo, con unas políticas equivocadas, con unas leyes tramposas y con una frustración constante. El retrato sucio y peligroso que se hace de la propia ciudad de San Francisco, especialmente de noche, es un ejemplo de las intenciones de la película.


ACTORES: Por temática, la película no se diferenciaría de una cualquiera de Bronson si no fuera por el brutal empaque que le aporta Eastwood. Su actuación es pura clase y hace que un personaje repulsivo sea creíble e intersante. Su personaje, convertido en mítico a base de puro carisma, se ha hecho un hueco en la imaginería cinematrográfica. El gran tipo duro, imitado miles y miles de veces, Todo lo que vino después, Arnold, Stallone, Gibson y demás son meros intentos de parecerse al primero, al genuino Harry el Sucio. Está claro que el caló en lo mas hondo de estos herederos a veces correctos y a veces incorrectos en sus papeles.


DIRECTOR: Esperaba encontrar una película francamente cutre que sólo se salvara por los chascarrillos del más chulo del barrio, pero lo que tenemos es un thriller muy sólido. Mucho empaque (proporcionado por el inspirado Eastwood), una dirección sobria pero impecable y una tensión bien llevada aderezan esta obra. No es que destaque  por su calidad, pero la película de Don Siegel tiene la virtud de aparecer en el momento justo, sirviendo de piedra de toque e influyendo en todo el cine de acción que se haría posteriormente. Sin tener nada que la separe de la corrección, tiene suficiente carisma como para haber sido imitada miles y miles de veces: la persecución nocturna, la pelea en el estadio… las hemos visto en más de una película y por poner un ejemplo rápido, el periplo por la ciudad con el rescate fue “homenajeado” al milímetro en La Jungla de cristal 3 (estoy seguro que hasta con diálogos clavados).


GUIÓN: La trama policial es correcta y realista, con diálogos bien buscados y un par de momentazos a mayor gloria de Clint Eastwood. A esto le añadimos un malvado con gracia y muy mala idea y un ritmo bien tramado. Con ello tenemos un entretenimiento bien conseguido. No deja de ser un thriller de acción de los 70, con todas sus cosas buenas y todos sus defectos, pero funciona.


Este clásico por derecho propio no es ni mucho menos una grandiosa película y ni siquiera Siegel desprende todo su talento. Todo se queda en un simplón thriller de acción. Pero supuso un cambio muy revolucionario en la industria del cine gracias a la carismática actuación de Clint Eastwood que, sin duda, creó escuela. Es justo la aparición de la figura de Harry Callaghan la convierte en indispensable para cualquier cinéfilo. Y mira que tiene clase el jodío.


Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.3

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