sábado, 16 de junio de 2012

La Duquesa


Cuando una película tiene buenos actores, un presupuesto holgado y un guión con cierta coherencia, casi se puede dar por hecho de que se trata de una película de calidad. Indudablemente, eso no garantiza entretenimiento.

Georgiana es la joven más bella de la nobleza inglesa del siglo XVIII. Hermosa e inteligente, es el mejor partido para el duque de Devonshire, el más poderoso tras el Rey. Cumple todos sus sueños al casarse y se prepara para ser feliz, aunque la vida de una noble casada no es quizás lo que esperaba de soltera. Su innegable clase y sofisticación le llevan a ser la dama de más éxito de la corte, pero Georgina lo único que quiere es lo que no tiene: ser feliz junto a su marido.

¿Es posible que una película con tan buenas actuaciones, una puesta en escena tan brillantemente trabajada y una factura técnica tan impecable nos deje totalmente fríos? Pues parece que sí.

ACTORES: El duelo actoral entre Keira Knightley y Ralph Fiennes es, como mínimo, notable. Es difícil encontrar una pareja tan flemáticamente inglesa como ellos dos, y más si encima se esfuerzan por crear personajes y trabajados. Saben dar toda la carga dramática en los momentos adecuados, recreando admirablemente a dos personajes muy acordes a su época, con una elegancia, una contención y una capacidad de expresión digna de admirar.

DIRECTOR: Saul Dibb dirige la película con una minuciosidad inusitada. La recreación de la época es absolutamente impecable. El diseño de vestuarios, escenarios, fotografía… es magistral -y ganador de un merecidísimo Oscar al mejor Vestuario-. Cada escena está pensada para buscar la máxima ambientación, aprovechando cada resquicio para añadir un detalle que realce su espectacular adaptación. Es lo que nos esperaríamos de una película británica de época, pero realizado a la perfección. Sin embargo, tanto esfuerzo dedicado en la meticulosa ambientación se deja de realizar al intentar dar algo de vida a la película. El film se convierte casi en un documental que te muestra los momentos más importantes de la vida de Georgiana sin hacer el más mínimo esfuerzo en conseguir un mínimo de empatía por el personaje. El medio es bello, radiante y hermoso, pero el efecto es lento, tedioso y aburrido.

GUIÓN: Por lo que sé, la historia se vendió como una especie de adaptación de la vida de Lady Di en el siglo XVIII. De eso, yo he visto poco. Lo que he encontrado es una farragosa historia de una noble del siglo XVIII, con todos los ingredientes folletinescos de las mejores intrigas cortesanas. El guión está perfectamente cerrado, no tiene agujeros ni errores, pero falla en una cuestión básica. En ningún momento se consigue -ni parece buscarse- que la historia sea interesante.
La admirable recreación de la sociedad retratada puede provocar cierto desapego con los personajes, por ejemplo, ver a Georgiana, a la que te le han presentado como inteligente y vivaz, aceptando con la mayor felicidad su matrimonio de conveniencia con el Duque, del que se “enamora” tan pronto le dicen que es su prometido, cumpliendo así el sueño de su vida… la sensación es algo chirriante. Esto no quita para que encontremos escenas maravillosas, como sufrir con Georgiana desprendiéndose de su hijo ilegítimo, aceptando un incómodo triángulo amoroso o sorprendernos cuando el Duque se entretiene vivamente con sus perros mientras Georgiana intenta llevárselo a la cama.

La Duquesa es una belleza visual extraordinaria. Cada plano es digno de un museo debido al mimo y al excepcional cuidado que se ha puesto en la recreación de decorados, peluquería, vestuario y fotografía. Pero como digo, el ritmo es tan cansino, y las escenas tan irregulares, que cuesta mucho introducirse en la historia y fascinarse con ella.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.2

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