martes, 19 de junio de 2012

El juego de Ender (Orson Scott Card)


Título: El juego de Ender
Autor: Orson Scott Card
Título Original: Ender’s Game

“La Tierra se ve amenazada por la especie extraterrestre de los Insectores, unos seres que se comunican telepáticamente y que se consideran totalmente distintos de los humanos, a los que quieren destruir. Para vencerlos, la humanidad necesita de un genio militar, y por ello es que se permite el nacimiento de Ender, el tercer hijo de una pareja en un mundo en que se ha limitado estrictamente a dos el número de descendientes. A los seis años, Ender es reclutado para ser adiestrado en la Escuela de Batalla, una estación espacial donde los niños superdotados son preparados desde su infancia para dirigir la próxima guerra…”

Ya me he leído este libro unas cuantas veces y cada vez que lo leo me sigue pareciendo muy entretenido y siempre descubro algún punto de vista que anteriormente no había visto.

Si algo tiene el libro es que el ritmo es muy vivo. Desde la primera página a la última página encontramos momentos entretenidos mientras nos describen un mundo muy realista pero muy diferente al que conocemos.

La novela -primera de una saga de cuatro libros y punto de partida de un spin-off- nos sitúa en un mundo alternativo dividido en tres sectores que había llegado casi a la autodestrucción. La llegada de un enemigo común  -los Insectores- ha permitido la aparición de una frágil paz. Mientras tanto, la Flota Internacional, sabiendo que una nueva guerra -definitiva- con los Insectores es inevitable, capta y prepara a los niños más dotados para convertirlos en los mejores comandantes posibles.

El protagonista de la historia es el pequeño Ender. A él nadie le ha pedido si quiere ser el Comandante de la Flota, si quiere ir a la Escuela de Batalla a aprender a ser un destructor de masas o simplemente si quiere existir. Pero su vida ha sido decidida de antemano y apenas tiene capacidad de elección. Paso a paso vamos viendo cómo avanza en las clases de la Escuela de Batalla y cómo consigue superar todos los obstáculos que le ponen sus profesores. Sí, Ender es el mejor, pero eso no implica que su camino vaya a ser fácil. Además, la sombra del fracaso se extiende sobre su existencia, ya que el propio sentido de su vida depende de que él consiga ser quién todos quieren que sea. ¿Qué desea Ender? Simplemente, poder vivir tranquilo. Pero es algo imposible ya que es evidente que su capacidad mental es la de un privilegiado. Además, Ender nunca desea causar ningún daño, pero si se ve obligado a hacerlo, sabe causarlo a conciencia. Cuando le fuerzan a actuar, el no vence, destruye. Esta capacidad de darlo todo en los momentos necesarios se mezcla con una personalidad tímida y un carisma arrollador.

Como contrapunto y alejados de la  trama encontramos a sus dos hermanos mayores. Peter es el más capacitado de los tres. Es un genio intelectual con el alma de un chacal. Violento y cruel, se regodea viendo sufrir a los que tiene alrededor e incapaz de cualquier tipo de piedad, no comprende como se le rechazó como en la Escuela y odia a Ender por haber llegado más lejos que él. También encontramos a Valentine, pacífica y afable pero tan inteligente como sus hermanos. Rechazada por su resistencia a causar dolor, es el espejo en que Ender se mira, buscando siempre ser como ella.

La escuela está dirigida por el Coronel Graff, un hombre con un macabro sentido del humor y que hará todo -sin el más mínimo escrúpulo- para conseguir que Ender sea el mejor general posible. Sin concesiones para la piedad, todos sus gestos están medidos para que Ender se aleje de todo aquello que le pudiera distraer -amistad, felicidad, resposo…-

El juego de Ender, como inicio de la saga, comprende todos los años de aprendizaje de Ender en la Escuela de Batalla, preparándose para la futura guerra con los Insectores. La primera vez que me lo leí, disfruté con una deliciosa novela de aventuras con mucho ritmo. Una vez situados en la Escuela de Batalla, la manera que tiene Ender de explicar porqué hace cada cosa, la descripción de los juegos, todo el mecanismo de las batallas en vacío y las diferentes tácticas que Ender va usando para progresar son vibrantes y atractivas -la parte de la escuadra Dragón es de lo mejorcito que he leído en literatura “deportiva”-. Además, todas las relaciones interpersonales desprenden un aura de carisma  y viveza sorprendentes, especialmente cada vez que Ender es trasladado y debe adaptarse a un entorno nuevo. El sentimiento de camaradería y confianza está muy bien logrado y es que, si algo sabe hacer bien Card, es crear personajes con consistencia y relacionarlos entre sí de una manera viva y verosímil.

La segunda vez, volví a disfrutar con la sala de batalla y las luchas por convertirse en líder de cada escuadra y ahí fue cuando me di cuenta del juego de personalidades entre hermanos. Peter fue rechazado por ser demasiado proclive a la violencia. Alguien así no puede mandar porque no tendría cuidado en causar el mínimo número de bajas ni sería estimado por sus subordinados, temerosos de morir gratuitamente por su culpa. Por su parte, Valentine apenas fue considerada, ya que su naturaleza pacífica era incompatible con la tarea de un general. Ender es tan inteligente como cualquiera de sus hermanos y quiere ser tan pacífico como Valentine. Sin embargo, sabe ser implacable si se ve obligado. Lamenta profundamente cada baja que provoca, pero es capaz de ser consciente de que son necesarias -a pesar del dolor que ello supone para su alma, perfectamente plasmado-. No desea otra cosa que paz y tranquilidad y se esfuerza al máximo para conseguir todos sus objetivos y asi descansar pero cada vez que se entrega al límite atisba, agotado, como se le pone otro objetivo aún más inalcanzable, lo que conlleva la progresiva destrucción de su resistencia y su humanidad.

Esta última vez, ya un veterano jugador de warhammer, más maduro y conocedor de las cualidades que debe de tener un general (y por extensión cualquier tipo de líder) he podido apreciar mas profundamente el punto de vista de Graff y comprender cada una de las decisiones que va tomando para convertir a Ender en el mejor líder posible.  Impecable.

En conclusión, El juego de Ender es uno de estos libros que siempre recomiendo leer. Tiene muy buenas dosis de acción, personajes carismáticos muy bien definidos, un ritmo muy vivo y unas dosis de ética sorprendentemente bien dispuestas -racismo, maquiavelismo, necesidad de las guerras-. Simplemente, me encanta y no dudo que en un par de años vuelva a caer.

¿Podrá Ender destruir a los Insectores? ¿Realmente vale la pena hacerlo? ¿Es necesario tanto sufrimiento para conseguir los objetivos planteados? Atrévete a descubrirlo.

Nota: 10

Si lo lees y te gusta (¡cómo no!), puedes seguir con Ender el Xenocida (ya os podéis imaginar que pasa), La voz de los Muertos y Hijos de la Mente -el resto de libros de la saga-. Recomiendo también la lectura de La sombra de Ender, un spin-off que el autor sacó bastantes años después que cuenta la misma historia pero desde el punto de vista de otro personaje. Este cambio provoca que puedas ver muchas cosas desde un prisma diferente, haciendo que muchos momentos puedan ser aún más espectaculares.

No tengo ni idea de la relación de la portada con el libro. Iluminaciones de alguien, supongo.

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