sábado, 19 de noviembre de 2011

Número 9


Esta película la vi por primera vez en el cine un dia de tormenta -como hoy-. Estábamos en un centro comercial sin paraguas, así que, o nos mojábamos o esperábamos un poco. Decidimos ir al cine y ésta era la única película que parecía decente. Resultó ser mucho mejor de lo esperado. Nos divertimos un rato y luego había dejado de diluviar.

Un pequeño muñeco de trapo, llamado 9, despierta en una habitación de una casa en ruinas. No sabe quién es ni de donde viene. Al salir a la calle se encuentra en un mundo humano totalmente devastado. Deambula sin rumbo hasta que se encuentra con 2, otro muñeco como él, que le guía hasta un refugio seguro, pues una bestia robótica se dedica a perseguirlos. ¿Qué desea esa bestia y por qué les quiere exterminar? ¿Qué ha sido de los humanos, que, sin duda, habitaron el lugar?

Aunque la propuesta puede parecer relativamente infantil, sobretodo en su argumento, visualmente es una autentica gozada. El tratamiento de los colores y las formas son originales y logrados, plagados de miles de detalles en un movimiento vertiginoso, recreando un mundo post-apocalíptico, hostil y, sobretodo, desolado, consiguiendo captar fantásticamente una agobiante sensación de derrota y desesperanza.
Aunque a estas alturas ya es difícil sorprender, el acabado técnico del film es impecable. Ante todo, la película entra por los ojos. A pesar de estar un paso por detrás de las intocables, nada tiene que envidiarles en lo que al apartado artístico se refiere. Rescatando la belleza entre las ruinas y el óxido, Número 9 recrea un mundo a medio camino entre las distopías de Terminator/Matrix Revolutions y una ficción histórica moderna. No es de extrañar que Acker se inspirara en las ciudades arrasadas por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial para ambientar el desalentador futuro de su film, aunque también hay aquí unas buenas dosis de Steampunk y videojuegos, una influencia recíproca si se piensa en los Sackboys de LittleBigPlanet.

El mundo creado es increíble y la animación de los muñecos es magnífica. Aunque son simples muñecos de trapo, es de destacar la calidad y la fluidez de los movimientos, junto a la expresividad de los personajes, bien caracterizados, a pesar de ser algo tópicos en su diseño. Las abundantes escenas de acción están muy bien animadas y coreografiadas, mostrando una gran abundancia de objetos y interacciones espectaculares en pantalla.

Lamentablemente, la historia no acaba de estar a la altura y peca de excesivamente simple. No sabemos qué ha ocurrido, no se explica porqué deben destruir a la máquina ni cuál es el motivo de la creación de los muñecos. No obstante, al ser una película de apenas ochenta minutos que no dejan respiro, en ningún momento deja sensación de momentos sobrantes ni alargados. En algunos momentos echaría en falta algunos diálogos entre los personajes para llegar a creerme sus motivaciones. Básicamente la película consiste en una serie de pruebas con gracia que los muñecos deben superar sólo el director sabe para qué.

En definitiva, es una película entretenida, interesante y muy bien animada, pero en modo alguno se convertirá en la película de vuestra vida. Su preciosa estética y su vibrante vaivén de montaña rusa sirven perfectamente para disfrazar la falta de profundidad y de alma de la misma conformando un agradable divertimento de ochenta minutos.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4

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