miércoles, 9 de febrero de 2011

Cobardes

Después de su sorprendentemente buen debut (Tapas), de Corbacho y Cruz se esperaban grandes cosas, y henos aquí con su segunda película.


La película nos cuenta la historia de Gabriel, un chico tímido y retraído al que Guille, el matón de la escuela, tiene martirizado. A pesar de los intentos de Gabriel por evitar sus agresiones, la cosa cada vez va yendo a mayores y los adultos, ignorantes a todo, empiezan a darse cuenta de que algo pasa.

En sí, se trata de mostrar un tema de actualidad (en 2008, ahora parece que no exista) desde una óptica que intenta ser realista. El rol víctima // acosador, la incapacidad del maltratado para oponerse o explicarlo, la incomunicación padres // hijos, el hecho de que todos tenemos nuestros miedos y nuestros acosos… Todo ello queda relativamente bien retratado, C&C vuelven a demostrarnos que son buenos en los retratos de realidades. No obstante, se le puede echar en cara que la película es demasiado simple. Apenas hay un mínimo de trama y el giro final es, cuanto menos, cuestionable.
Por otro lado, hay como una nota de fondo en toda la película: El miedo. Todos los personajes tienen miedo a algo: a sus compañeros, a no tener el afecto de los padres, a perder el trabajo, a la policía…Lo cual, unido al título de la película, hace pensar qué es realmente lo que quieren contar los autores: ¿lo cobarde que es la gente? ¿Un caso de maltrato escolar? ¿Todo a la vez? Me gusta este efecto, aunque no deja de quedar un poco raro, ya que no es explícito cúal es el objetivo de la película.

ACTORES: Lluís Homar y Elvira Mínguez  están magníficos como padres. Son los personajes adultos con más enjundia y consiguen hacerlos enormemente realistas. Paz Padilla, en cambio, actúa de manera no creíble y encorsetada en el que quizás es su primer papel dramático de su carrera. Queda bastante en evidencia delante de Homar, que tiene muchas mas tablas en papeles de este estilo. Entre los niños, la cosa está algo mas justa, Garé (Gabriel) empieza medianamente creíble, llega a transmitir el miedo que siente su personaje, pero a medida que pasa la película empieza más a parecer (innecesariamente) un zombie que un ser humano. Espinilla (Guille) es simplemente imposible de tomar en serio, para ser el matón y el malo, tiene que imponer mínimamente, y no lo consigue de ninguna manera. Del mismo modo, Gaya (Carla), que a pesar de ser mejor actriz que los otros dos, se encuentra con un papel muy tonto y plano del que no puede sacar nada.

DIRECTORES: C&C mostraron que saben narrar bien la realidad en Tapas y aquí hacen lo mismo. Sin florituras ni aspavientos, te hacen un pequeño bosquejo de un incidente entre niños, con la tesitura del miedo por medio.

GUIÓN: El guión corre de su cuenta y aquí vemos algunos desbarramientos más grandes. La película en sí peca de simple. Falta más profundidad en todos los sentidos, apenas se plantea la situación, en vez de intentar proceder a tomar las cosas con calma y a poner ideas y reflexiones, la película pega un vuelco y se acaba. Durante el inicio, todo se centra en los niños, con cierta realidad en el tema del maltrato. Después, la película pasa a centrarse en los adultos y la incomunicación con los hijos y los traumas personales; para acabar en un giro final curioso que explica en parte el título.
Pasa por todos los temas por encima, te los enseña y luego se va a otra cosa. Este es el mayor problema que le he visto, provocando que le falte enjundia. Se queda todo en un par de pinceladas que apenas perfilan el posible debate.
También faltaría un poco de trabajo de desarrollo de personajes, que quedan demasiado topicales, en una película en la que se les exigiría más personalidad.
Respecto al final, puede parecer bastante increíble (bueno, lo del pizzero estoy de acuerdo, pero no deja de ser graciosamente inesperado), pero, en mi opinión, es quizás una conclusión obvia a tenor de cómo ha ido la película. No creo que la intención sea ponerse a favor de una solución de este tipo, sino más bien colocarla como un desenlace acorde con la triste (C&C siempre son pesimistas en esto) realidad.

Una película que sorprende para ver una vez, sobre un tema que no deja de ser interesante a la que le faltarían unos buenos veinte minutos para contar mas cosas y darle más profundidad. Un buen trabajo actoral por parte de los adultos (menos Paz) y unos niños más bien justitos en unos papeles quizás demasiado planos.
No tan buena como Tapas, pero una decente segunda película de C&C, siempre mostrándonos la triste realidad.

Nota: 5
Nota Filmaffinity: 5,2

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